Resumen
La época victoriana (1837-1901) dio origen a una de las discusiones más productivas en torno al arte, el oficio y el propósito de la traducción de literatura. En este ensayo se hace un breve recuento de las posturas teóricas, políticas e ideológicas de Francis Newman y Matthew Arnold en torno a la traducción homérica y se estudian las implicaciones de los criterios extranjerizante y domesticador que respectivamente defendieron en un encarnizado debate. La polémica evidencia que en la Inglaterra victoriana comenzaba ya a pensarse en la traducción como un producto que puede tener un impacto calculado y preciso.